1 Cogemos
sal de cocina y la echamos en algunos huecos de la cubitera. En este caso yo he echado poca cantidad en el centro,
una cantidad normal acorde con el
volumen de agua a la derecha y mucha cantidad en la izquierda (disolución
sobresaturada).
2 Esperamos
a que se congele. Al tener sal, el agua no congelará a 0ºC sino que tendrá que
alcanzar una temperatura inferior de hasta
-20ºC para poder congelarse.
3 Comprobamos
cual es el resultado de la práctica y
por qué. Cuanto más sal (cloruro sódico NaCl) eches en la disolución de
agua salada la temperatura a la que congela bajará más.
4 Esta
es la razón por la que se echa sal en las aceras cuando se prevee que va a
helar. La sal baja el punto de
congelación del agua por debajo de de 0ºC, llegando incluso hasta -20ºC, y no
se forma hielo aunque la temperatura durante la noche baje mucho.
Hielo formado con agua con poca sal
Agua con mucha sal: No ha llegado a congelarse